Desvíate del camino soleado y polvoriento. Acurrúcate debajo del almendro. Descansa esa cabeza repleta de flores, no sea que, de un momento a otro estalle dejando millones de pétalos flotando sin dirección ni dueño. No enervas el alma con algo tan banal. Lo único que te atormenta es dar paso a la luna. Luna tímida, sonrojada, convertida en cisne. Separa el pensamiento en fotogramas y da prioridad al tremendo amanecer que invadirá tus ojos de un cielo ardiente de pasión. Piensalo bien, no creo que haya regalo más grande que ese, ni sentimiento tan pensoso como para no dar paso al festival de colores que te ofrece, a diario, la vida.
Déjame seguirte al compás de la rumba, obsequiándote con lo único que no pueden comprarme, mi esencia. Golpearé cualquier falta de respeto que te aceche. Si me dejas, te querré más que a mi.
Extremoduro - Si te vas