jueves, 18 de diciembre de 2014

¿Para qué salir de Roma?

Aquí estás. En tu más perfecta plenitud. Derrochando, descarado, felicidad. Esa que solo se encuentra en éste preciso instante. El mismo que ya no está.

Si detrás de cada sonrisa, se escapara un beso, morirías ahogado de amor, dichoso, y repleto de ilusiones. Alza la vida al mundo. Mantén la mirada, no te refugies en la timidez de los sueños. Coge aire y engulle la vida. Mis ojos te sonreiran en cada paso, empujándote a vivir esta vida palpitante y libre. 

Esa es la grandeza de abrirse a la variedad de las diferentes maneras de querer. Infinitas.