Cuantas vendas tienen que caer para andar juntos hacia un único objetivo. No
es por no querer, sino que la realidad azota mi alma sin compasión. No me deja
tregua para coger aire y gritar a pleno pulmón que el mundo está destinado a
sufrir el mayor retraso de la historia.
Amnistía fiscal. Millones de parados, sin prestación ni ayuda, dignos de
supervivencia. Subidas del I.V.A. Incontables familias que pierden y perderán
sus casas acarreando la deuda. Recortes sanitarios, copagos, exclusión del
derecho a un trato humano digno. Obligación de saqueos en supermercados para
poder comer. Humillantes malabares diarios para que tus hijos puedan comer en
una fiambrera sentados a la mesa. Un largo etcétera que engloba el descarado
bombardeo al Estado del bienestar, aguantando a políticos elitistas,
maleducados, sin moral, ni principios, que en lo único que trabajan, mañana si
mañana no, entre galletitas y café, es en como hundir más al obrero que lo
mantiene. Eso si, regalándonos una gran sonrisa, ya que el bote de vaselina
corre por nuestra propia cuenta, por supuesto. Y lo peor de todo es que
nosotros escogemos y permitimos que nos acaudillen la existencia.
No habrá revolución. Pues solo el 1% mundial ve que estamos manipulados por los
mismos capitalistas que están labrándonos otro sistema peor, y es el mismo que
un tiempo atrás hizo morir a la gente de hambre mientras la minoría vivía a
costa de sus sudores, sus penas y su precariedad. Nos han hecho creer que tanto
tienes, tanto vales, y esa es la mayor mentira que existe, pues como me recordó
una magnífica camarada, el ser humano es digno y vale, por el simple hecho de
nacer. Salimos a la calle a dejarnos la voz, a gritar la gran injusticia que
vivimos, pero luego, llegamos a casa y es nuestra casa, con nuestro dinero y
nuestro todo material que nos provee de felicidad. Que gran tesoro. Mundo de
engañados, egoístas, egocéntricos, superficiales e insolidarios. Eso es lo que
somos. El altruismo escasea, y es el único motor que haría girar el engranaje
en dirección contraria al abismo que nos espera al final del camino.
Vivimos en un mundo que se colapsan las calles, y se hace historia, por
banderas y tierras unidas por los mismos genes. Luchando por guerras pasadas,
siguiendo las flechas, como en IKEA, que te hacen pasar por donde no es
prioritario, pero por lo contrario, es por donde a los seres absolutos que nos
manipulan les interesa para salvar sus exclusivas vidas. Estamos tan sometidos
que ni imaginamos la magnitud del poder generado a cuatro dueños del planeta
entero. De esta manera ser, sin armas no hay revolución. Sin revolución el
cambio del sistema gira en dirección a la Edad Media. Saquemos la cabeza más allá
de las paredes de Europa, observemos todo atentamente, y acojonamonos para
sacar valor.
Nunca pensé que a dia de hoy, 11 de setiembre, Diada de Catalunya, me
sentiría tan decepcionada. Por todo esto no soy menos catalana. Lo que si soy
es un ser mucho más libre, y sigo cargada de esperanza, pues será verdad que es
lo último que se pierde.
Macaco-Mensaje del agua (Y aunque, personalmente, creo que este cantante se perdió y vendió ya hace un tiempo, la letra viene al pelo)