Entristece. El odio entristece. Y
aún peor, mata. A dia 17 de Agosto, más de 113 personas han sentido el odio en
su vida. En primera persona. Vidas comunes, como la tuya o la mía. Con familia,
amores, sucesos, sentimientos, aciertos, errores, alegrías, tristezas, secretos,
pasiones, ilusiones….ese largo etcétera que comporta vivir.
Se ha roto por unos “putos moros”.
Esos que durante años han sido bombardeados y vejados por todo occidente.
Donde niños y adultos han muerto a sangre fría. La verdad que más que religión
el conflicto se remonta por ser, si no me equivoco, la cuarta potencia mundial
poseedora de petróleo y gas natural. Ese bien tan preciado ha sido robado por
los occidentales de manera agresiva. A mi forma de ver, es fácil manipular
sentimientos en nombre de Dios, a gente que los hemos dejado sin nada. ¿Recordáis la conquista de América y ese genocidio en nombre de Dios? No eran yihadistas, eran católicos. Arrasaron con todos los indios nativos americanos, en nombre de su Dios. Mirad el
conflicto de Siria. Siguen muriendo y nosotros lo
único que hacemos es cerrarles puertas y creernos superiores a ellos. Esto no
es de ahora. Hay una guerra mundial, desde hace ya unos años, y la estamos
sufriendo, como siempre, los civiles de todo el mundo. Este odio es un engendro
nuestro, que se ha regado durante años con más rabia. Así que no nos sorprenda
que se radicalice. Actuemos para frenarlo, pero no con más aversión, por favor.
Así que si hablamos de “putos
moros”, también hablamos de “putos americanos”, “putos rusos”, “putos españoles”,
“putos alemanes”, “putos europeos” y “putas personas” que hemos tolerado llegar
hasta aquí, sin mover ni un dedo. Porque ahora mismo, los sirios siguen
muriendo, y yo no quiero que por nuestra poca solidaridad hacia ellos, sigamos
engendrando rabia y coleccionando futuras muertes.