miércoles, 18 de abril de 2012

EMBRUJANDO AL SOL



Eterno sujeto que no se cansa de camuflarse, cotilleando cada nuevo amanecer, sonrojado y pícaro, jugando al contigo ni sin ti. Usado para iluminar un boque repleto de sombras. Esos lados oscuros donde la piel de gallina, erupciona todo el cuerpo, avisando del camino donde se haya la luz del nuevo día. Esos que por empeño de querer un beso incondicional caigan en uno común, errando en la vida que baila en lo alto del trapecio.
Sabes que siempre ha sido sol, que si te acercas, te achicharra hasta dejar cenizas. No quieras a este sol como cualquier candela de tu niñez. La luz recibida es incomparable. Aunque si la vela resiste ante tanto rayo, plantéate si es necesario reguardarla. Ignorante de mi, creo que no. No existen guerras entre soles y candelas, su luz se respeta, independiente a la fuerza que puedan darte. Te engañaron si la historia la sabes al revés, como a mi me condenaron a odiar a la luna que vela tus noches.
Huyo del indicio de malestar ante tu felicidad. Corro, cobarde, a trapar el anochecer que deja a oscuras un bosque que estalle de verdes, de azules y de colores visibles ante almas libres de cargas malévolas, sublevadas ante ti i ante el universo entero.

El desván del duende y el Puchero del Hortelano - Sabor de rumba

No hay comentarios:

Publicar un comentario